El periódico El Periódico publicó el 14 de agosto de este año un breve reportaje sobre la decoración de la plaza de la Estación de Sants. El artículo se centra en un gato de metal casi imperceptible, al que califican como «el único elemento decorativo que aporta un cierto calor a la gélida plaza». Con esto, el reportaje declara el arte urbano de la plaza como invisible.
El reportaje
El reportaje está lleno de imágenes de muros y paredes cubiertas de graffitis coloridos y vibrantes. Sin embargo, el gato parece más destacado y apreciado que las obras de arte que decoran la plaza.
La plaza ha experimentado una transformación, pero el enfoque del reportaje otorga más importancia al gato que al muralismo en sus paredes. Las obras llenas de color y vida parecen pasar desapercibidas, mientras que el sutil diseño del gato atrae toda la atención. Esto refleja cómo el arte urbano, aunque busca dar vida al espacio, es ignorado por muchos. Sants gato arte invisible.
Es sorprendente cómo estas expresiones artísticas, que buscan humanizar el espacio urbano, son dejadas de lado. Los graffitis y murales en las paredes muestran la creatividad de los artistas, pero su esfuerzo es opacado por un simple objeto metálico. Esto refleja cómo el arte en los espacios públicos a menudo se considera secundario o invisible.
El graffiti y el muralismo no solo buscan embellecer, sino también provocar una reflexión sobre el entorno. Quieren cuestionar la rigidez del espacio público y ofrecer una forma de comunicación accesible. Al poner más énfasis en un pequeño gato metálico que en las intervenciones artísticas, el reportaje ignora el verdadero propósito de estas obras. Sants gato arte invisible.
El desafío está en cambiar la percepción sobre lo que realmente tiene valor en el paisaje urbano. El verdadero valor del arte urbano podría ser mejor apreciado si se mira más allá de lo superficial mientras el gato sigue siendo destacado .
