El barrio de Sants, situado en el suroeste de Barcelona, forma parte del distrito de Sants-Montjuïc. Se extiende desde la estación de tren de Sants, uno de los puntos de transporte más importantes de la ciudad, hasta la colina de Montjuïc, y limita con los barrios de Les Corts y L’Hospitalet de Llobregat. Con una población aproximada de 40,000 habitantes, Sants es un barrio denso y vibrante, transitado diariamente por miles de personas que trabajan o residen en la zona. Su estratégica ubicación, cerca del centro de la ciudad y bien conectado por diversas líneas de transporte público, lo convierte en un lugar muy dinámico tanto para residentes como para visitantes.
El arte urbano en Sants no es solo un adorno visual, sino una herramienta de comunicación que refleja el sentir de su comunidad. A lo largo de sus calles, se pueden encontrar murales y graffitis que cuentan historias de resistencia, identidad y lucha social, temas profundamente arraigados en el pasado del barrio. Sants fue, y sigue siendo, un lugar de reivindicaciones obreras, y este espíritu reivindicativo se ve plasmado en su arte. Las paredes hablan: denuncian injusticias, promueven la igualdad y celebran la diversidad. Muchos artistas locales y extranjeros eligen las calles de Sants para dejar su huella, haciendo que el barrio se convierta en una galería a cielo abierto.
Entre los puntos clave donde se puede observar este arte, destacan las calles cercanas a la estación de tren de Sants, donde algunos de los murales más grandes y elaborados toman vida, así como el entorno de Can Batlló, un antiguo complejo fabril transformado en un espacio de autogestión vecinal, cultural y artístico. Los graffitis en esta zona tienen una fuerte conexión con el activismo y la lucha por los derechos vecinales, recordando las raíces colectivas de la comunidad.
El arte urbano en Sants no es estático: cambia constantemente, reflejando las dinámicas sociales y culturales del momento. Graffitis efímeros, murales cuidadosamente diseñados y otros tipos de intervenciones urbanas convierten cada rincón en un lienzo que nunca deja de transformarse. Este fenómeno ha atraído a fotógrafos y amantes del arte de todas partes del mundo, convirtiendo a Sants en un punto de referencia dentro del circuito del street art en Barcelona.
Con esta riqueza artística y cultural, Sants demuestra que el arte no solo está en los museos, sino también en las calles, y que estas son un espacio legítimo para expresar las voces y las historias que a menudo no encuentran lugar en otros sitios.